Nuestro especialista de la historieta y crítico de cómic, Antoni Guiral, firma el prólogo del integral que acaba de lanzar B, un tomo con las mejores historias de Mortadelo y Filemón. ¡Lean y disfruten de él!
PRÓLOGO
¿Alguna vez se han preguntado cuáles son las aventuras de Mortadelo y Filemón preferidas por su autor, Francisco Ibáñez? No lo hagan más, aquí las tienen.
Ediciones B le animó a que de entre las más de 200 aventuras largas de los agentes de la T.I.A. escogiera cinco. No debió de ser fácil para él, al fin y al cabo, todas son hijas suyas. ¿Por qué estas cinco? Eso habría que preguntárselo a Ibáñez. Piensen que los creadores tienen una relación muy especial con su obra. El recuerdo, las sensaciones que les despierte cada una de sus páginas, dependerá de muchos factores: del momento profesional en el que se encontraban; de su estado anímico; de los detalles que les llevaron a hacer esa obra de una forma concreta; de, en definitiva, un cúmulo de situaciones que, pasados los años, pueden verse con perspectiva. O sea que, con esa perspectiva que da el tiempo, Ibáñez ha escogido cinco aventuras concretas de Mortadelo y Filemón. Y, como verán, por muy personal que sea la elección, nadie puede dudar ni de que están entre las mejores de la serie, ni de que asumen diversas etapas de la misma.
¿Quién no recuerda con mucho cariño Contra el “gang” del Chicharrón (1969), segunda aventura larga de los agentes de la T.I.A.? Aquella en la que Ibáñez ejerce un despliegue brutal de gags con el aliciente añadido de que Mortadelo y Filemón no han de enfrentarse a un villano… ¡sino a diez! Y todos ellos, por cierto, de muy distinta catadura y aspecto, lo que sugiere que Ibáñez tuvo que sudar, y mucho, para dar vida a todos y cada uno de ellos.
Ah, y de Valor y… ¡al toro! (1970) ¿qué me dicen del mimo y cuidado que Ibáñez puso en todas y cada una de sus viñetas? Una obra excepcional de principio a fin en la que nuestros agentes han de vérselas con los miembros de la banda del Rata (El Rata, Tapia e Higo Chumbo), liderada por el doctor Apolonio. Una historia muy movidita en la que Mortadelo y Filemón han de recuperar los planos del Proyecto Bartolo, y eso que al final… ¡bueno, mejor leerla, nada de spoilers!
¿Y qué decir de ¡Silencio, se rueda! (1995)? Un gran homenaje a la historia de ese cine que tanto le gusta a Ibáñez, y, por cierto, un momento histórico en la serie, ya que para cumplir su misión (ir a rodajes de películas de diversas épocas para aprender las técnicas de los “dobles” y adaptarlas a su trabajo), Mortadelo y Filemón descubrirán que… ¡el invento del profesor Bacterio funciona! Así, los veremos en películas mudas de humor, o junto al Gordo y el Flaco y los hermanos Marx, en films policiacos de serie negra, de Tarzán, del Oeste, de terror, de superhéroes, de Rambo, e incluso en el plató de Lo que el viento se llevó.
Y seguimos hablando de cultura popular, porque como la historieta es el arte de Ibáñez, este le rindió su cálido homenaje en 100 años de cómic (1996). Y lo hizo con un planteamiento muy especial: a causa de un error en un invento del profesor Bacterio y de la fatalidad, los poderes de diversos personajes de historieta han recaído en los miembros de la peligrosa banda del “Orzuelo”. Con esta excusa, Ibáñez aporta parodias de personajes superheroicos como Spiderman, Batman y Superman, y de protagonistas de series clásicas de la prensa norteamericana como Tarzán, Mandrake el mago, Príncipe Valiente, Flash Gordon o el Hombre Enmascarado.
Finalmente, unas de las aventuras más populares de este dúo de agentes de la T.I.A.: Mortadelo de la Mancha (2005). 400 años después de la aparición de la primera parte de Don Quijote de la Mancha, Ibáñez parodia a su manera las andanzas del caballero andante concebido por Miguel de Cervantes, en esta ocasión reconvertido (gracias, sí, a un invento de Bacterio) en Mortadelo de la Mancha, mientras que Filemón pasa a ser su fiel escudero, Filemoncho Panza. Eso sí, Ofelia será, a ojos de Mortadelo la Mancha… su dama Dulcinea del Toboso.
En suma, cinco piezas maestras dentro de la larga carrera de Mortadelo y Filemón. Lo son. Y encima, es el propio Ibáñez quien las ha escogido. ¿Qué más se puede pedir?
Antoni Guiral
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